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Musica.

28 de junio de 2017

Desde la profundidad

Me pierdo en la inmensidad de la libertad.
De mi tiran hacia abajo mil anclas milenarias hundidas y hechas a la sal.
El lecho marino es el musgo donde descansa mi antonia asimétrica y mi risa se esconde entre los peces payaso que danzan una coreografía milimetrada de arena de mar.
Veo el cielo desde la profundidad, es un gran lienzo desnudo que se va llenando de pinceladas brillantes
con el  paso de las horas. Quisiera emerger y respirar, llenar los pulmones de amigos y humo de caros cigarrillos. Volver a sentir el aire y la sequía
Beber canciones y correr por carreteras secundarias
Sufrir la alergia en los ojos en primavera
Ver la sangre sin dilución, probar su sabor metálico sin degeneraciones. Ser cactus en un desierto sin oasis, Ser serpiente sobre el asfalto en verano
Pero cuando despierto compruebo que permanezco en la humedad azul, que mis huesos crujen y que todos mis sueños se escapan entre los dedos.




Plagio

Ladrón de guante blanco
Te acercaste a mi, con milimétrica destreza
Para plagiar mi valentía. Si. ser distinto en un mundo clonado, requiere mucha valentía.
Te bebiste mis libros favoritos y mis autores fetiche. Espiaste mis cuadros y fotografiaste en tu retina los detalles que había en mi universo.
Carecía de valor tu existencia y decidiste calcar las parcelas de mi, que más te cautivaron.
Fuiste nudista por un día, entregado fan en los conciertos y engrosaste tu  currículo de grupos musicales, dudosamente originales.
Te creíste liberado cuando aún vivías en un celda húmeda y oscura y hacías dos comidas diarias.
Maldecías tu suerte a la que no tuviste reparo en regresar, cuando la soledad te miraba de frente. Y  si, vivir en soledad también requiere de altas dosis de valor. Desnudabas tu alma con mezquino interés y admirabas desde lejos el coraje de los que caminan sin coraza. Y si, todos sabemos que tus títulos y tu falsa humildad solo te alejan de todo aquello que admiras y que no podrás conseguir, hasta que te despiojes de prejuicios y permitas a tu corazón elevarse como una pluma en un día de viento.
Te olvidé un día de enero y dejaste de existir para siempre..

27 de junio de 2017

Caprichos

La luna me avisó.
Mis dedos húmedos y la ceniza verde sobre la piel. El deseo furtivo encadenado en aquella mazmorra
Los labios cautivos y los ojos cansados de mirar sin poder ver.
Tu tacto sobre mi cuerpo encendido.
Tu voz grave mece mi noche descarada.
Tú media sonrisa sórdida, llena de pecado disimulado
Me estás mirando y yo te miro a través del gran cristal, en un juego de figuras cruzadas.
El pájaro adulto pervierte al pichón, y encuentra esa corrupción exquisita.
Que los dioses sepan perdonar mi atrevimiento
Nada más dulce que el deseo prohibido.
Nada más amargo que no poder masticarlo.
La serpiente repta zigzagueando y es un pañuelo en medio del mar, víctima de la bravura del gigante, grita en silencio y nadie la escucha.
La luna me avisó
Naciste en abril, hija de un padre que negó tu existencia, y no hay molde que pueda contenerte.

De poetas malditos y poemas sanadores.

Acudo boquiabierta al espectáculo de sus versos.
Envidiando con decoro su talento de decirlo todo en solo cinco líneas.
Menciona el vino y la ceniza de sus cigarrillos.
Maldice y blasfema como buen maldito y me detengo en el tiempo suspendida, desmembrando sus versos que son cometas que se elevan hacia el espacio sideral donde se disgregan y cada alma los interpreta a su manera.
Los poemas son regalos desinteresados que se sueltan libres para que quién tenga la necesidad de tomarlos, los ame haciéndolos suyos, o los odie para que sigan su camino y encuentren una morada digna de su inmensidad.

15 de junio de 2017

El talento de los malditos.

El optimismo me hace desvirtuar la realidad.
Y la realidad son esos ojos llenos de odio
Las manos sucias de dolor
Las palabras hechas de metralla
Los pájaros devorados por el trueno
Las flores marchitas de  desidia
El deseo mutilado por la falsa moral.
El optimismo me convierte en una espectadora inservible, en un gusano putrefacto y me aleja de la maldición que viste al talento verdadero.