La semana se antoja generosa y un extraño, (que ya es amigo) por derecho propio, enciende la mecha que pone todo el mecanismo en funcionamiento. Un privado, convierte una crítica en ilusión y me pongo a soñar, celebro de nuevo la música, (que es el combustible de mi vida technicolor) y Belice además de país y del tono de mi smartphone, es el regalo mas bonito de este año que todos presagian apocalíptico.
Dudas, retrasos y sorpresas acaban por dar paso a una atropellada cita en una plaza de toros modesta, donde toda la fauna allí congregada acabamos por reconocernos, es la ropa? son los sombreros?, las gafapastas? No, es el indie, que nos lleva de carretera en carretera como yonkies, buscando la dosis exacta de decibelios y melodías que nutren de manera exquisita nuestra rutinaria existencia...... Durante algunas horas dejamos de ser mediocres y eso nos pone a cien!
El olor a bocata de lomo y pimientos que se pasea por el aire, se mezcla con el sutil aroma de las primeras gotas de lluvia en la tierra y el contraste además de antagónico es casi perfecto.... los gorilas en la entrada, el toro mecánico, y el segurata que cachea mi bolso, son la antesala de todo lo bien que vamos a pasarlo. Entramos al Coso y a los pocos minutos diviso unas patillas inmensas que junto a unas gafas de estilazo, acompañan una sonrisa perfecta por su generosidad, parece vaciarse por las comisuras (cada vez menos gente se ríe así, y eso me gusta, es un indicador irrefutable de felicidad), encuentro de miradas, acercamiento y saludo de rigor, y obedeciendo a su deseo de hablarnos aunque sea un momento, cumple su intención y de inmediato se pierde entre la gente, le reclaman, parece un man siempre ocupado. Sabe a poco pero es lo que hay.
Tabaco mentolado americano, cerveza en un vaso pornográficamente plástico y AC/DC entre otros, dejan paso a los primeros acordes humanos y mi sonrisa comienza a dibujarse. Iván canta que alguien se hincha de vanidad y enseguida acudo a la poesía para bocetar instantes, voy acumulando retazos que luego serán una única pieza, espero que decente,
A continuación celebro que Ferreiro levante su copa de vino,(espero que de la región) e invoco a Baco y secreteo a mi amigo que hay poema en ese gesto. Tengo tendencia a buscar sonetos en todo lo que me rodea, es mi terapia y mi aportación de amor para contrastar tanta mierda.
Mi amigo, se putea con su súper cámara de cientos de euros, parece una nave espacial, que aún no domina y sonrío solidarizándome con el aparato y luego con él, claro. Mi amiga se aburre por momentos, nos crujen los huesos, estamos en la cuarentena y treintena respectivamente y nos lo recuerdan las niñas monas, sin patas de gallo, ni hijos, que nos invaden por todos lados. Yo con treinta y cuatro, cocino comida abundante y estudio para las pendientes de septiembre, dejo todos los cabos atados para poder permitirme encuentros musicales que me devuelven a la vida de alguna manera, mis psicotrópicos son la música y las emociones y curro para procurármelos, soy una madre-indie aplicada y me encanta!
Estallamos los mortales, cuando vemos aparecer la silueta mas deseada del mapa nacional, las nenas gritan, los nenes también, es una orgía de géneros y deseos en torno a un solo hombre, el tío es poderoso y lo sabe, pero en un acto de total humildad se presenta como un cachondo desinhibido que se permite joder humorísticamente con la Merkel y se ríe de si mismo como catalán, el cabrón nos enamora aún mas si cabe, y nos mete en el bolsillo como a monedas de euro. Una, dos, tres, las canciones pasan y hablan de ladrones forajidos que supieron morirse juntos, de plantas que regalan flores para fumar y de lobas que miran sin piedad en la pista de baile, somos elementos autómatas, si Santi levanta, la mano correspondemos, si nos manda bajar a ritmo de chunda, chunda, chunda, bajamos al mismo infierno si hace falta y aceptamos con amor ese bautismo final con botellines de agua mineral, que el patillas le ha colocado con estratégico amor en el suelo del escenario.
La hawaiana y los sujetadores son secundarios, complementos de unos talentos cojonudos que todos sabemos reconocer y aprendimos a disfrutar. Afortunados los que supimos encontrar en las pequeñas cosas grandes retribuciones, no queremos fortunas, ni coches alemanes, queremos que el bajo denso, grave y evidente del comienzo de "la noche eterna" nos acompañe en casa un sábado por la tarde, queremos mirar a Balmes con su nariz roja de payaso, en su foto de perfil petado y sonreír como un niño ante piruletas. Quiero ir a la barra de la plaza de toros de Astorga a por un bocata de madrugada, volver y encontrarme a Gonzo charloteando con mis amigos, sorprenderle por detrás con un abrazo de agradecimiento y un beso en la mejilla, que él corresponde de idéntica manera y que tímido apenas me hable y desaparezca como vino, acudiendo a sus mil y una obligaciones, ya dije que parece un man ocupado, no?
Que las noches, sigan siendo eternas y que podamos compartirlas juntos en la tribu.
