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Musica.

22 de marzo de 2022

LEVEDAD.

 Masticas las ruinas de un placer audaz y vetusto. El vicio, tiene un poder hipnotizador, y a ti, te ha envuelto de lleno. Despiertas del letargo cuarenta años después y te sacudes la herrumbre, engrasas tu mecanismo y corres sin parar. Escupes la moral y los dogmas y hasta sientes cierta culpa, pero ves el tiempo escurrirse entre tus dedos y no quieres desperdiciar los segundos. Has despertado! La audacia te viste por completo y te sientes hermosa y poderosa. Ves a los mortales desde las alturas, y te juras que jamás, volverás a conformarte con bagatelas ni con los deshechos que otros, han ido descartando. Arquea la espalda y vacíate, como lo hacen los embalses tras las crecidas. Tu silueta cóncava, será la cima por donde se alcance la libertad. Allí están las flores que diluyen tu sufrimiento. El humo blanco flota por el aire al salir de tu boca, y va dibujando galaxias comestibles, y de repente descubres la electricidad sanadora de la risa, ese rincón exquisito, que siempre, ha sido tu hogar. Enhebras las palabras, que van cobrando un sentido, hasta ahora desconocido, y entre tanta verborrea espontánea, te confiesas hasta quedarte tan liviana como una pluma. Me ves? Soy esa péndola blanca y etérea que se deja manejar por el viento...

ALUD

Se nos precipitó la vida Como se precipita un alud en el Himalaya. Las toneladas nos sepultaron y quedamos congelados como los estanques en invierno. Estamos muertos de amor y de abandono. Cortar el hilo rojo es como un sacrilegio. Todos intentando encontrarlo y nosotros ebrios de orgullo, vamos a separar los caminos que juntos anduvimos. Aquí se queda mi amor, a tus pies como un montículo de ceniza volátil. Bastará un golpe de viento para que la eleve y la reduzca a nada. Hasta siempre, caballero andante. Ojalá consigas llenar algún día, ese agujero negro, que tienes en el pecho

13 de marzo de 2022

LUZ DE LUNA

La linterna mas hermosa del mundo Irradia su fulgor tenue sobre la noche Envolviéndolo todo con su luz perlada El mundo parece una canica desde las alturas y de noche juega a meterla en los hoyos del universo Desencadena las oscilaciones marinas y la locura despiadada en muchas almas. Bajo su techumbre late la pluralidad de la vida Y consciente de su poder sonríe altiva Su misterioso lado oscuro inspira preciosas canciones Y su redondez manchada es indispensable geometría.

INSOLENTE NOCHE.

La noche no acata ni se somete. Insolente, su halo envuelve alguna de las historias más fascinantes. La luna la ampara, el lobo le canta y las luciérnagas la alumbran. Vetustas estrellas la espían desde lo alto y sus destellos son cómplices mudos de su existencia. Y yo, indefensa y desarmada ante su inabarcable misterio, decido hacerme un ovillo y dormirme en sus comisuras, mecida por su mágica bruma y la melodía de su canto noctámbulo y embriagador.

TODO PASARÁ.

Todo pasará, este vacío del corazón, esta tuberculosis del alma, esta orfandad de fe. Geografía memorizada, el tacto preciso y placentero. Escapar siempre de ti, para volver al fin cansada y humillada a tus brazos, que son ramas desnudas y oblicuas, rígidas de desengaño, cargadas de savia orgasmada. Que el tiempo te desdibuje y te atenúe. Desteñirme de ti, es mi actual ambición.

LOS LIBROS SON HIJOS DE LOS ÁRBOLES.

Papiroflexia del verbo. Arquitectura de las palabras,tus hojas son refugio y salvoconducto. Tus brazos siempre abiertos, son ramas generosas que reciben y abrazan. Sustento del espíritu, tu tinta es la sangre que emulsiona nuestras emociones y tus palabras, la columna vertebral de nuestra existencia. Los libros, son la música del universo y la adicción de los cobardes que viven con valentía.

FE.

Que bonita estás a pesar del dolor con tu sonrisa triste y el rosado de tus mejillas. Te has lavado el pelo y tu rostro limpio es casi mármol. Hoy recogiste una mariposa del suelo, estaba inmóvil bajo la lluvia, le hiciste un hueco en la palma de tu mano y caminaste con ella hasta ponerla a cubierto. Luego abriste una botella de vino crecido en roble, mientras el cielo lloraba. Que bonita estás a pesar de estar rota, los pedazos están dispersos por el aire, pero sigues intacta. Te brotan lágrimas saladas pero te las limpias con el dorso de la mano y te pones a cantar, y te elevas por momentos. Que bonita estás, envuelta en encaje negro (que es azabache sobre tu piel de nieve). Danzas al ritmo que tu cuerpo marca, con los muslos húmedos y la boca abierta y seca. Te entregas sin reservas y en el fondo sabes que esa simbiosis tóxica, uno de los organismos no acabará con vida. Y caminas las mañanas escapando de la asfixia, te paraliza el miedo, odias esa rutina que se te ha metido en los huesos, y escapar es la única opción posible. Extrañarás las flores de los cerezos, la tierra entre tus manos, los gritos y hasta el tacto sucio de tu opresor. Los relojes y sus mecanismo te ofrecen la libertad, ellos marcan el tiempo y te recuerdan que por el este, siempre veras las luces primeras del día y que cada día desperdiciado, es un paso mas hacia la libertad, porque la frustración te empuja inexorablemente hacia la fuga. Que bonita estás ahora que vuelves a ser hoja que mueve el viento. Resurgirás como las setas en otoño, como el manantial tras la tormenta, volverá la ilusión y nuevas manos moldearán tu arcilla. Te veo. Eres una vasija profunda y estás deseando conservar el elixir de la vida. Que bonita te sienta la libertad, cae sobre tu cuerpo como una cascada que te purifica. Echa en esta parcela tus raíces y déjalas profundizar sin descanso, para que nunca más te corten las ramas. Se sombra para los pájaros, y testimonio para el mundo. Que bonita te ves...

DESPEDIDA.

Hay dos cuerpos en la cama. Uno a cada lado del lecho. Se desean tanto que arden las paredes e incendian la noche, pero hay una grieta tan profunda entre ellos, que cualquier atisbo de acercamiento cae en picado a las profundidades del abismo donde viven, la rutina y el rencor. Besos reprimidos, manos atadas, la piel abrasada, y el deseo que se manifiesta como una cascada entre los muslos. Ella es su musa, y él, su primer azote. Podrían estar follando como animales ahora mismo, ensartados como un cuchillo caliente en mantequilla, pero ella se ha puesto los cascos e intenta escribir un poema, y él, se limita a aparentar que engrosa su dudoso caudal cultural. Donde vas impostor? Eres ese juguete roto, que va recogiendo los trozos de su puzzle destartalado en un día de viento bravo. Y tu, pequeña bomba de relojería, eres un puto cóctel molotov, siempre acercando el mechero a la tela del cuello de la botella. Sois un caos exquisito y desesperado, droga dura el uno para el otro. Cuando os acercáis, las esquirlas vuelan en todas las direcciones, abrís las bocas y dejáis al universo sin aire, os tocáis y se os seca la piel en segundos, como cuando antes del tsunami, se retira el mar hacia adentro, para volver con bravura y violencia. Vuestras noches turbias son cada vez mas sucias, largas y consagradas. Relegáis el sueño al fin del mundo, y de madrugada sois dos bestias en celo, que se revuelcan por el fango sórdido donde cultiváis la pasión. Esperáis a que la casa se duerma, para abrir una botella de vino, sacar el encaje, y empezar ese ritual corpóreo, que os funde en un único pecado inconfesable. Sois pura lascivia, manos que van en todas direcciones y que todo exploran, lenguas que sorben los elixires mas profundos, sois como bestias contorsionistas que por un gemido verdadero, os dobláis como muñecos de goma. Si las paredes y las cortinas hablaran, ahora mismo estaríais ardiendo en una pira gigante, por sacrílegos. He descubierto tu rincón favorito, y ahora solo quiero que sea mi patio de juegos. Una corriente eléctrica me traspasa a todas horas, y ese cosquilleo me enciende, hasta cuando duermo. Disfrútame. Haz de mi, lo que quieras, bañame con ese aceite transparente y surfea sobre mi, antes de que meta mis bagatelas en una maleta y desparezca. Alguien tiene que retirarse a tiempo, para no hacer de esta historia, otra vulgar experiencia vital, y ambos sabemos que tu, no tendrás el valor. 

Haz de mi lo que quieras, aún nos quedan algunas noches y varias botellas de vino. Un brindis por la voz ronca cuando se apagan las luces, por la miradas turbias bajo las sabanas, y por ese puto dictador que maneja el universo entero, y que no es otro, que el deseo. 

Jim, pronto dejaré de ser tu Lula y Buenos Aires, será siempre nuestro rincón exquisito.