El optimismo me hace desvirtuar la realidad.
Y la realidad son esos ojos llenos de odio
Las manos sucias de dolor
Las palabras hechas de metralla
Los pájaros devorados por el trueno
Las flores marchitas de desidia
El deseo mutilado por la falsa moral.
El optimismo me convierte en una espectadora inservible, en un gusano putrefacto y me aleja de la maldición que viste al talento verdadero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario