Flota la bruma de una felicidad condicionada,
una canción pone mi mecanismo en marcha
y solo quiero vivir a pleno rendimiento.
No hay maldad, ni abstinencias, en el bolso
que he preparado para hacer este viaje
solo unas bragas, algunos libros y música
completan mi equipaje. Jamás seré mas rica.
Mis labios que han sufrido represión buscan
humedades que alimenten su abismo que
toca fondo en el cielo y allí está tu cuerpo
que es espiga, y sexual en casi toda su geodesia
Una llama roja e infernal, y yo estoy temblando
de frío.
Mil veces imaginé la entrega, e iba mas
allá de la donación carnal, era una
simbiosis sideral cuyos únicos elementos
eran tu voz y mi cuerpo intentando seguir tus
caderas, que consiguen que pierda la cordura.
Tu mirada perdida en la nada, detonó los deseos
mas inconfesables y ajeno a mi existencia, tu
sigues caminando por la capital, contaminada por
bocinas y humos con los que te has hermanado.
Vamos nadando por el desierto mas caudaloso
y me he cansado de nadar. Mis sueños impares
siempre tienen recompensa y la estrella que nació
ayer en el cielo, me está mandando señales de
humo. Nueva York me espera con sus neones
insomnes y sus taxis amarillos, pero no cruzaré
el charco si no vienes conmigo. Podría ofrecerte
Buenos Aires en el mismo paquete, por un módico
beso en los labios.