EL CÓNSUL DE SODOMA.

Había una vez un hombre libre

un hombre frágil y refinado
un hombre exquisito y valiente
un hombre de aliento afrutado.

Había una vez un tal Jaime, que un mes

de febrero me confiscó el corazón y doró

mi piel en pleno invierno con poemas que

eran rayos de sol dorado, iluminando así

la opacidad y la costumbre.

Hay quien se come la vida de un bocado
y quien raciona el alimento para varias
ingestas
Y ESTE HOMBRE ESTABA HAMBRIENTO!

Cuantas veces quise ser valiente, cuantas
veces no me he animado!!, cuantas veces
somos mierda! y cuantas mas pecado??.
Naciste varón y revolviste las emociones

arraigadas en este cuerpo yermo y falso. 
Lloré anoche contigo, miré tus ojos tristes
fundí tus ojos con los míos.
Elogiaré siempre el coraje de quien se
echa a volar, aún cuando el plumaje de sus
alas no es demasiado espeso, sin temer en
absoluto al desenlace de la caída.
Brindo por tu osadía, y brindo por que
supiste desafiar las normas fieras.

Y mi mejor brindis, por que en una noche de cama
decidiste ser vampiro!

 La vida fué siempre el último de tus cigarros.

   

    Fascinada por Jaime Gil de Viedma!!