La noche y el cielo de su boca
Es una mina húmeda y oscura
Los huesos enfermos de hambre
La piel que ya nadie toca.
Los ojos ahora hacen huelga
La lengua que no pronuncia
Los pies no surcan camino
Sus manos acarician y denuncian
Palabras que espera y que no llegan
Y su alma ya ha presentado renuncia.
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