Unos hilos finos manejan mi existencia
soy marioneta en unas manos crueles
que castigan mi sonrisa (que ilumina
días grises y tormentosos), con un mal
humor infecto.
Mi voz cantando es mi único flotador
y me mantiene a salvo en medio del
océano, si ella se apaga voy a caer a
las profundidades.
Los peces me verán caer y me guiñarán
un ojo en un gesto de complicidad y
seré como un alga desprendida de su
origen viajando a la deriva entre el yodo
y los corales.
Los hipocampos flanquean mi cuerpo
y con sus pequeñas colas onduladas
dirigen mi silueta de aceite y miel,
ellos son el timón en este viaje.
La navidad será un duelo este año
aunque las luces titilen en el árbol
no habrá nada real que ofrecer
solo un plato de mantecados
rancios e ilusiones desgastadas.
Tengo que reciclar mis miserias,
pero el Ayuntamiento no ha puesto
los contenedores adecuados para
poder hacerlo, cavaré un hoyo en
el fondo de mi casa y enterraré allí
los desperdicios, así, al final obtendré
una vida ecológica y un alma
biodegradable.
Hoy ha venido a verme el viento
y ha renovado la espesura de esta
atmósfera de la que respiro.
Siempre cae lluvia, baila el viento
y sale el sol. Mas allá de eso, nos
corresponde aprender a vivir!
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