Escogieron nombre de tortuga y empezaron a rodar.
No soy vitalicia en su historia, aún así me siento
cercana, me he hecho cercana por voluntad propia.
Me gusta tanto ese hombrecito del 79, que un imán
me empuja irremediablemente hacia esos acordes y
esas letras, que tantos critican, y yo amo y atesoro
para mi de manera mezquina.
Anoche entre sábanas y libros de poesía, adherí los
cascos a mis oídos dolientes de decibelios mortíferos
y me tomé en serio el arte de escuchar y escudriñar
las ideas de personas que sienten de manera casi
indecente y que viven sin el menor deseo de luces, ni
reconocimientos.
Busco un nombre, un apellido, gustos, algo que arroje
luz a esta búsqueda enfermiza y a esta admiración
asfixiante, pero a cambio obtengo nada y el mito crece
y crece, hasta convertirse en Goliat.
Fuimos vivos muertos que brindamos, con cerveza
mexicana y limón de supermercado alemán, porque
una noche de sábado nos han devuelto las emociones
y la esperanza. Soy una adolescente con edad de cristo
y canas en la melena que se emociona con pequeñas
cosas, como una canción o una idea que flota por el
cosmos que de repente se solidariza con las mías y se
vuelven gemelas, y ahí hay un orgasmo emocional que
quiero perpetuar. Soy y somos niños adultos que
esperamos a la salida de los garitos para capturar
momentos metálicos con la ilusión de un infante y
volvimos a casa con la desilusión de un adulto de
oficina que viste traje y corbata.
Fuimos hormigas atentas que cantamos y bailamos al
ritmo de bidones de gasolina y baquetas desproporcionadas,
intentando buscar un sitio de privilegio para ver al flaco
seductor e intentar sortear las alturas incómodas de novios
sosos y poco solidarios. Vuelvo a ser niña cuando soy feliz,
cuando la emoción extraviada vuelve a casa después de un
largo invierno. Soy feliz porque aún encuentro "Puchos" por
el camino que versan la vida de manera precisa y preciosa y
me recuerdan que merece la pena pintarse las uñas de color
marrón y ponerse pegatinas en las uñas con forma de flor,
cuando el ánimo se ha instalado en los huesos.
Pucho me debes una foto y muchos mas momentos de teatrillo
con aires de bohemia!
VETUSTA MORLA: es nombre de tortuga y estoy dispuesta
a caminar despacito junto a ella y a contar las escamas de su
caparazón!
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