Todo lo que poseo es el mar.
No tengo casa, ni amigos, ni familia
no tengo dinero, ni pertenencias.
Todo lo que cargo conmigo es el gigante
azúl, porque lo pienso a cada rato y me
imagino cerca de él, lo hago mio y solo mio.
Imagino como mis huesos se harán más frágiles
junto al mar, como las arrugas de mi cara se
reflejarán en sus aguas y como mis días se
extinguirán entre arena y sal.
No tengo espuma de mar entre mis dedos
ni olas que peinan mi vida, vivo en
una ciudad de piedra, pero mi alma habita
en una colina con vistas al mar.
Soy como Alfonsina que se adentró en el
mar y le regaló todo lo que poseía, se fué
mojada y libre de este mundo áspero y seco.
Todo lo que poseo es el mar, con sus caracolas
y sus estrellas, con sus hipocampos y sus corales
con sus delfines y sus troncos flotantes.
Todo lo que tengo en el mundo, es el mar.
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