Escapando del destino
no quiero ser una muñeca rusa
encerrada y contenida en otras piezas
desafiando la frontera de los besos
y oponiendo resistencia a unos brazos
que mas bien quieren oprimir y no
abrazar.
Retando a diario el modelo establecido,
me rebelo en contra de esas leyes
caducas que dicen que por ser femenil
estoy un peldaño por debajo, cuando en
realidad sostengo el edificio entero.
Escapando del destino escrito en un papiro
viejo y desteñido, voy dejando huella y
constancia, ando a paso de tortuga pero es
una andadura firme y eso trae conformidad.
Escapando del destino y cometiendo errores
soy humana y testaruda, no quieras abatirme
vencedor vencido, monigote de papel que pasea
el viento, soy pequeña pero gigante dentro y en
contra de eso; la cuneta, el arma o la cobardía
de acabar con lo que no se puede dominar.
Me abrazo al viento, que tiene alas y corre veloz
Las hojas que asoman verán de nuevo mi cara
y cantaré para ellas nanas melancólicas que oía
de niña.
Miraré de nuevo al cielo y el sudor salado me
recordará que estoy viva, y si estoy viva puedo
seguir escapando del destino, huir, despojarme
de la imposición de ser una muñeca rusa.
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