Te vi asomado a la ventana, espiando a los pájaros una mañana de nieves.
Les tirabas migas de pan y galletas al suelo y disfrutabas viéndoles acercarse.
Me dijiste que era hermoso que los pájaros acudieran a nuestra morada a
hacernos una visita y en ese instante te miré con ternura y descubrí que
hay dos tipos de personas, yo me quedo contigo y me siento realmente
afortunada por tenerte a mi lado.
Eres el que alimenta a los pájaros por la mañana y el que da de comer a mi espíritu
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