No hay macula en el cielo y el atardecer nace tras un dia largo y doloroso. Buscas los tonos dorados en sus cabellos para encontrar un reflejo amigo y ya no sueñas con príncipes salvadores. Atrás quedan los sueños azules y enfrentas con ansiedad el futuro inmediato. Te sirves una copa de vino, inhalas los ultimos rayos brillantes y exhalas el tedio mientras disfrutas de un espectáculo grande tras ese ventanal medio sucio al que llaman mundo.
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