Soy su refugio. Lo se por como me abraza y nos volvemos un ovillo en
la cama, cuando el olor a sudor flota en el ambiente. Soy su diosa de
piel de seda y olor a canela. Me recita poemas mudos con los ojos y su lengua
enloquece dentro de mi boca. Soy su mundo aunque a veces lo niegue y el terror
asoma de madrugada si no me tiene cerca. Me mira cuando me desvisto y noto que
brota. Me dice que soy su universo y que nacimos para crecer juntos, como los
álamos se estiran junto a la humedad. Soy la luz que hace que su cuerpo de polilla me siga
donde le ordene. Soy la leona que acaricia su espalda con uñas afiladas. Somos
tan carnales que el amor desparece en nuestro tiempo, pero juraría que si muero
antes que el, me lloraría por las noches y eso trasciende cualquier lógica
emocional. Eso desclasifica todo secreto de sumario sobre lo que llaman amor y
adquiere una dimensión de amantes atemporales y liberados de etiquetas y
costumbres.
Soy su mundo y voy dejando polvo de alas de mariposa en su barba, que dibuja elipses en mis piernas blancas que son perfectas anfitrionas.
Soy su mundo y voy dejando polvo de alas de mariposa en su barba, que dibuja elipses en mis piernas blancas que son perfectas anfitrionas.
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