su libertad, pero no se deja ver y ha decidido hacernos compañía, como un amigo invisible y generoso.
Nos obsequia un canto armonioso que nos invita al sueño más placentero y como un ser respetuoso y civilizado, cada vez que el interruptor se baja,
anunciando el fin de la actividad nocturna apaga su voz y su canto se ausenta hasta la noche siguiente.
Pequeñas ofrendas de la madre tierra pequeños
regalos, como el canto de un grillo en el salón de mi morada hacen que mi vida sea afortunada, pequeñas cosas que me traen la felicidad ...................................
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