SEGUIDORES

Musica.

26 de abril de 2025

GASOLINA.

Deberían ponernos una orden de alejamiento.

Incluso a diez metros de distancia, tu y yo, somos puta gasolina.

Bastaron  solo diez segundos coincidiendo en el espacio, para buscarnos como animales hambrientos. 

Nosotros y el alcohol,  formamos un triángulo desastroso, pero sin él, no seríamos capaces de encontrarnos.

Entre la culpa devoradora y el miedo paralizador, encuentro instantes  placenteros en los que recuerdo el sabor  de la primera vez. 

El vértigo y  el deber batiéndose en duelo.

Quédate y no te vayas, son tus ruegos perpetuos.

"Yo también"  te oí decir a lo lejos, tras el tequila, y una sonrisa cómplice se me dibujó en la cara.

Hemos hecho caso omiso a nuestro propósito de enmienda y sabíamos que saltarnos las reglas lo haría aún más emocionante y doloroso.

No puedes ocultarte de mí, te veo a través de esa armadura que te pones cada noche, te reconozco en medio de esa adicción  y esa ansiedad  que te dominan, y me gustaría envolverte  en mi polvo dorado, en el preciso momento del bajón.

No te esfuerces por esconderte, puedo descifrarte con facilidad y lo sabes, por eso escapas de la vulnerabilidad. No hay peligro en ella, nada me gustaría más que sostenerte la cara, mirarte a los ojos y decirte que hay refugio. que la huida se ha acabado, que mereces todo lo que estás buscando

Mi perpetua vocación de salvavidas, me empuja a envolverte entre papel de burbujas para absorber los golpes, para cuidarte. 

Hay belleza en tus mensajes encriptados, en las palabras que escondes y en tu lenguaje corporal contenido. La siento.

Porqué me persigues a pesar de  los obstáculos?

Se que repites estos comportamientos constantemente, pero tú patrón se rompe conmigo. He descifrado pequeños saltos en la rutina que me hacen sonreír. 

Tu prudencia, que nos separa  y beneficia al tercero, hace que te quiera aún más.

Muero porque no puedo abrazarte como me gustaría y preguntarte al oído que libro estás leyendo, que has comido hoy, o sugerirte que esos vaqueros oversize, necesitan un toque de plancha. 

Es probable que nunca lleguemos al punto deseado, pero no podremos negar jamás, la adrenalina que experimentamos esas gélidas noches de invierno. Tu manera torpe y adorable de acercarte y soltar cualquier parida, para empezar alguna forma de comunicación, me resulta entrañable.

Tu excusa casi siempre es un cigarro, o una charla fugaz, y la mía, aún intento descifrarla.

Entiendo tu temor a vaciarte por completo.

Mi reino por la verdad absoluta, sin recortes, ni adornos, ni subterfugios. Esa verdad  que todos llevamos dentro, pero que adornamos para no ir presos.

No sé en qué momento me sobrevino esto, jamás lo busqué y aquí estoy, parada como una niña pequeña frente a un tiovivo, decidiendo si subir, o anclar mis pies al suelo con alambre. 

Clavamos nuestros ojos unos encima de los otros, encomendándoles la tarea de decir todo lo que no pronuncia la boca.  

Somos arena, en medio de una tormenta que se ha vuelto canción. La nuestra...