El carmín de mis labios, ha dibujado un círculo imperfecto en su glande, y el tío se contempla la polla como si fuera una reconocida obra de arte. Mientras me visto, y aún con los pezones como piedras, enciendo un cigarro y apuro los vestigios del tinto que hay en la copa. Me pongo el vestido, me quito el rímel corrido de las ojeras y en un intento inútil de dominar mi melena, le miro. Se ha dormido. Meto mis bragas en el bolso, los zapatos cuelgan de mis dedos y decido salir en silencio con la tristeza y la decepción de saber que aquel pobre desgraciado, no tendrá nunca, ni puta idea de quién es Gustav Klimt...SEGUIDORES
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25 de noviembre de 2019
GUSTAV KLIMT (Microrrelato no premiado)
El carmín de mis labios, ha dibujado un círculo imperfecto en su glande, y el tío se contempla la polla como si fuera una reconocida obra de arte. Mientras me visto, y aún con los pezones como piedras, enciendo un cigarro y apuro los vestigios del tinto que hay en la copa. Me pongo el vestido, me quito el rímel corrido de las ojeras y en un intento inútil de dominar mi melena, le miro. Se ha dormido. Meto mis bragas en el bolso, los zapatos cuelgan de mis dedos y decido salir en silencio con la tristeza y la decepción de saber que aquel pobre desgraciado, no tendrá nunca, ni puta idea de quién es Gustav Klimt...
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